ESCÁNDALO SEXUAL
I Certamen Microrrelatos Signo editores (Noviembre 2017)
El escándalo sexual volvió a azotar a la ciudad. La corrupción se había extendido del dinero a la carne. Los poderosos no sólo se creían con el derecho a echar mano a la caja sino también con el de echar mano a los traseros.
Como abogado, en estos casos, me hubiera complacido más actuar como acusación particular, pero un abogado no puede escoger sus casos, los casos le escogen a él —a pesar de lo que diga nuestro Estatuto y normas deontológicas al respecto—.
¿Cómo defender a un agresor sexual estando en contra de tales conductas? Tenía claro que no con empatía. Pero, al menos, debía defender sus derechos a la presunción de inocencia y a un juicio con todas las garantías. Pero no me podía conformar con esto. Debía encontrar una solución para mi defendido, pero también, y sobretodo, para la sociedad.
Me propuse continuar con mi defensa si el delito cometido era consecuencia de alguna patología susceptible de tratar, y por supuesto erradicar. En caso contrario, renunciaría a la defensa del caso.
Conseguí un acuerdo con el fiscal y el ingreso de mi defendido en un centro especializado.
Cómo acabará este episodio sólo la medicina y la Justicia lo decidirán.